Escribo a la noche infinita
He aprendido a escribir con las palabras que me susurra la tristeza, con la compañía que me brinda la soledad, con el ánimo que me da la derrota, con la claridad que me dan las sombras, con la alegría que me da la tristeza, con la oscuridad que me da el conocimiento,
con el triste recuerdo que evoca a mis hijos, con la juventud que me ha robado el tiempo, con la frialdad que me dio el amor, con las sonrisas que han quedado en el pasado, con las amistades que tiene el desventurado, con el dolor de saber que respiro, con la esperanza que da el olvido, con cada noche de desvelo, con la ansiedad de un mañana, con las ilusiones que da la fantasía, y por sobre todo, el calor que me da tu odio, así escribo, solo una tristeza muy arraigada me impulsa a hacerlo. Y como cada día, espero que termine pronto, ya no soy indispensable, nadie sentirá está ausencia, hemos venido al mundo a morir poco a poco, día a día, ya nada podría salvarme, me he convertido en el fantasma, en ese ser que tantos despreciaron y que también tenía un corazón, ilusiones mermadas, pero al fin ilusiones. Como es la esencia del ser, cuando las raíces de la soledad penetran en el. Ya no tengo paz, cada quien tomo un pedazo de ella, y se marcho. A pesar de todo y que mi alma se encuentra entre las llamas, poco a poco se purifica a través del fuego, ese, que algún día dejará de quemarme, dejando en libertad mi espíritu para que pueda remontar los cielos en plena libertad y que al fin pueda darle a la crueldad de esté mundo, un adiós eterno. Solo dos lágrimas guarda mi corazón, una por mis hijos y otra por mi madre, aunque me ame como su sol, mi dicha se ha marchado, ya no puedo seguir, mi espíritu está muy cansado. Lo siento mucho. Traté ….
con el triste recuerdo que evoca a mis hijos, con la juventud que me ha robado el tiempo, con la frialdad que me dio el amor, con las sonrisas que han quedado en el pasado, con las amistades que tiene el desventurado, con el dolor de saber que respiro, con la esperanza que da el olvido, con cada noche de desvelo, con la ansiedad de un mañana, con las ilusiones que da la fantasía, y por sobre todo, el calor que me da tu odio, así escribo, solo una tristeza muy arraigada me impulsa a hacerlo. Y como cada día, espero que termine pronto, ya no soy indispensable, nadie sentirá está ausencia, hemos venido al mundo a morir poco a poco, día a día, ya nada podría salvarme, me he convertido en el fantasma, en ese ser que tantos despreciaron y que también tenía un corazón, ilusiones mermadas, pero al fin ilusiones. Como es la esencia del ser, cuando las raíces de la soledad penetran en el. Ya no tengo paz, cada quien tomo un pedazo de ella, y se marcho. A pesar de todo y que mi alma se encuentra entre las llamas, poco a poco se purifica a través del fuego, ese, que algún día dejará de quemarme, dejando en libertad mi espíritu para que pueda remontar los cielos en plena libertad y que al fin pueda darle a la crueldad de esté mundo, un adiós eterno. Solo dos lágrimas guarda mi corazón, una por mis hijos y otra por mi madre, aunque me ame como su sol, mi dicha se ha marchado, ya no puedo seguir, mi espíritu está muy cansado. Lo siento mucho. Traté ….
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