Un mundo de soledad
Bien, sé que me he quedado solo, que ya nada podrá sacarme de mi universo de sombras, pero en está soledad absoluta he construido mi mundo, tengo que aceptarlo, he comenzado a vivir en soledad, a disfrutar lo que jamás imagine sería mi destino.
Hoy sueño con mi pasado, pienso en tantas personas que un día formaron parte de mi vida, y que lamentablemente ya no están. Recuerdo a los amigos que tuve, junto a ellos pase los momentos más felices de mi vida, lástima que ya no están más.
Como quisiera volver en el tiempo a los sitios que frecuentábamos, cada salida era una aventura inolvidable, podía sentir el calor de una verdadera amistad, hoy los recuerdo, y siento mucha nostalgia por todos los momentos que pasamos juntos, de verdad fueron maravillosos.
Esto que hoy les confieso, lo llevaré en mi corazón eternamente, nunca los olvidaré, gracias a ustedes conocí la felicidad, y eso no tiene precio. Que Dios los bendiga y que estén bien siempre. Algún día en nuestra vejez es posible que nos sentemos en el balcón donde pasamos tantas alegres veladas, y tomemos una taza de café.
Hasta ese día amigos míos, que Dios nos de vida para que logremos llegar al encuentro, cuando el furor de nuestra juventud se haya ido, y solo queden las memorias, que de esas tenemos de muchas, fuimos como hermanos, estoy seguro que hemos de llorar cuando se vaya apagando cada uno de nosotros, los que un día formaron parte de aquel grupo de alegres muchachos y muchachas, que prácticamente hicieron historia en la memoria de cuanta personas nos llegó a conocer.
Hasta entonces hermanos míos, esperaré pacientemente todos estos años que están por venir, solo para tener el placer de verlos una vez más, eso es lo único que le pido a la vida, que me conceda este último deseo.
Hoy sueño con mi pasado, pienso en tantas personas que un día formaron parte de mi vida, y que lamentablemente ya no están. Recuerdo a los amigos que tuve, junto a ellos pase los momentos más felices de mi vida, lástima que ya no están más.
Como quisiera volver en el tiempo a los sitios que frecuentábamos, cada salida era una aventura inolvidable, podía sentir el calor de una verdadera amistad, hoy los recuerdo, y siento mucha nostalgia por todos los momentos que pasamos juntos, de verdad fueron maravillosos.
Esto que hoy les confieso, lo llevaré en mi corazón eternamente, nunca los olvidaré, gracias a ustedes conocí la felicidad, y eso no tiene precio. Que Dios los bendiga y que estén bien siempre. Algún día en nuestra vejez es posible que nos sentemos en el balcón donde pasamos tantas alegres veladas, y tomemos una taza de café.
Hasta ese día amigos míos, que Dios nos de vida para que logremos llegar al encuentro, cuando el furor de nuestra juventud se haya ido, y solo queden las memorias, que de esas tenemos de muchas, fuimos como hermanos, estoy seguro que hemos de llorar cuando se vaya apagando cada uno de nosotros, los que un día formaron parte de aquel grupo de alegres muchachos y muchachas, que prácticamente hicieron historia en la memoria de cuanta personas nos llegó a conocer.
Hasta entonces hermanos míos, esperaré pacientemente todos estos años que están por venir, solo para tener el placer de verlos una vez más, eso es lo único que le pido a la vida, que me conceda este último deseo.
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