Mi verdad

No sé cómo puedes pensar tan mal de mi. Sólo puedo lamentar que ocurran cosas que solo me acusan a mi, cuando realmente no he sido yo el culpable de lo sucedido. Yo siempre te he querido, y he amado
tanto a mi hija que solo ganas de llorar me dan al saber la frágil posición en la que me encuentro, cualquier duda, cualquier acusación me va a alejar de lo que yo más quiero, no las cosas no son como las piensas, jamás haría algo que sé, se sabría el mismo día.

Realmente, pensándolo bien, ya no me importa lo que quieran creer, el final está tan cerca que ya no vale la pena que me martirice con este sentimiento de pérdida, si lo sé, he perdido al amor más grande que la vida me dio, y lo siento mucho, como jamás podrán sentir.


Pero han de pasar cosas muy grandes, que debo preparar mi alma, ponerme en paz con mi creador, eso es lo que deberá llenar mis días, hasta que llegue el momento de rendirle cuentas  solo a él.


Te he amado con todo el corazón, aunque lo haya callado durante tanto tiempo, creo al final, que si pudimos ser felices. Lástima que no nos separará alguien que ha de estar gozando este adiós, te deseo todo lo mejor del mundo y siempre cuida a ese ángel que queda en tus manos, un ángel que estará en mi memoria hasta el último segundo de mi vida, y la amaré desde lo más lejano que esté.