Tú recuerdo será mi adios, tengo tanto que agradecerte.

Tu vuelves a mi con la lluvia, con las nubes grises que evocan mis tristes recuerdos, tu tomas vida con mi sufrimiento, y en cada lágrima te materializas, te has marchado, pero vives en mi, y

entre más sufro, más te añoró y vuelves a existir, es cuando me doy cuenta que  nuestro mundo solo es el reflejo distorcionado de mis penas, de mi llanto, de esté dolor infinito que jamás ha de menguar, y vuelves en cada noche oscura, sin luna, noches sin esperanzas, que ya no han de ver un amanecer. 

Me encuentro en un mundo de oscuros recuerdos, siempre con lágrimas en mis ojos, soñando con lo que fue, imaginando cada rasgo de ti, porque aprendí a memorizar gravando en mi alma, cada centímetro de tu piel, de ese frágil y delicado cuerpo, es por ello que temo entrar al mundo de los sueños, donde siempre estás para recibirme, para atormentarme con está fantasía, te recuerdo con el dolor que es fragancia, cuando la tierra se empapa con mis lágrimas, cuando el cielo llora conmigo tu ausencia, todos estos años de ilusión que el tiempo fue marchitando, y que poco a poco fue deshojando, cual jardín de rosas, matando en cada una de ellas, la nobleza de su corazón. 

Hoy te recuerdo, es una noche lluviosa, una noche triste de invierno, de nubes grises, de silencio sepulcral, así vive en mis recuerdos el día en que te perdí. Es efímera la vida, pero más volátil el amor. En está noche de lluvia , mi amor se adormece, como un último suspiro, de esto que hoy dejamos atrás. Es muy cierto que nuestras almas se unieron, para dar paso al halito de vida de nuestra amada Laura, hoy queda en tus manos, serás su ángel protector, su único amor en los años que están por venir. Que Dios las bendiga siempre, un beso eterno bajado del cielo, olvídame si quieres, no volveré a cruzarme en tu camino, de esté modo ya no me odiaras más. Gracias por haberme mostrado esté sentimiendo, el de la paternidad.