No te diré adiós, porque estás ausente, sería como querer abrazar al viento, como susurrarle al silencio, o escuchar sin oír; me he dado cuenta lo grande que ha sido tu presencia en mi vida, no por lo que me diste, sino por todo lo que has despertado en mí, me has hecho soñar, pusiste el cielo en mis manos, ese ángel que tanto amo, es producto de esa proximidad, la extraño tanto ,
Siempre creí que jamás nos separaríamos, que nunca me darías Oko, porque ni tú ni yo lo aceptaría, pero ya puedes ver nuestra realidad, tú con nuevo galán, yo escribiéndote sólo para recordar, cómo deseo que me permitas ver a mi hija Laura, mi pequeña, las amo tanto, cumpleme este deseo aunque sea lo último que te pida, deja que vea a nuestra hija, la cual fue concebida un día como hoy, 10 de noviembre. Recuerda que Dios te ha de regresar este pequeño favor con creces.
ResponderEliminar